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SEGUNDA PARTE | ENTREVISTA A ISABEL SANTANDER, CONCERTINO DE LA ORQUESTA JOVEN DE ALMERÍA (OJAL)

21 Octubre 2021

Háblanos de los proyectos de presente y futuro de la OJAL, de los que se pueda, claro.

Estamos a punto de recibir la propuesta de esta temporada, aunque ya nos han comunicado parte del repertorio y adelanto que es maravilloso. Normalmente hacemos conciertos en Navidad, concierto con motivo del Día Europeo de la Música y un concierto de cierre a comienzos del verano, que este año fue en el Claustro de la Catedral. Además hemos hecho un circuito de conciertos por la provincia en septiembre y quedaron proyectos estancados a causa de la pandemia que probablemente se retomarán, con colaboraciones con otras formaciones orquestales de otras ciudades españolas y del extranjero. Como he comentado, en el curso de verano surgió un ensemble de cuerdas formado por músicos de la OJAL y músicos procedentes de otras ciudades que participaron en el proyecto, y que tiene vocación de permanencia y su propio circuito de conciertos. Con este ensemble tocamos el pasado mes de septiembre en la Alcazaba de Almería, y esta semana lo haremos en el Auditorio Maestro Padilla, en el concierto de clausura de la VI reunión de Medicina y Deporte en Almería.

 

Sabemos que tu primer concierto fue con la Orquesta Infantil de Almería (OIAL), ¿qué recuerdo guardas de ese día?

Mi primer concierto con la OIAL fue de hecho el concierto de inauguración de ese proyecto. Lo que más ilusión me hacía era estar con mis amigos, era todo un juego. Recuerdo que tocábamos obras muy chulas, como Mary Poppins y villancicos. Teníamos que ponernos todos muy guapos, con algo rojo porque era un Concierto en fechas navideñas. Fue en el Edificio de las Mariposas, que es tan bonito… Nuestro director era Salvador Esteve, que nos trataba con infinita paciencia. Y supongo que a todos los que estábamos allí nos pasaba, nos sentíamos especiales por estar tocando en una Orquesta y que nuestras familias nos pudieran ver en un escenario. Fue muy mágico.

En la OIAL me sentía tan feliz que cuando me dijeron de hacer las pruebas para la OJAL me agobié por tener que dejar a mis amigos, y de hecho estuve todavía un trimestre en ambas formaciones porque me costaba dar el paso. Luego se fueron incorporando muchos compañeros a la OJAL y se me pasó la morriña, pero aún me daba envidia ver los proyectos de la Infantil, con disfraces y talleres increíbles. Es que el proyecto infantil es un lujazo para quienes participan en él, porque combina la formación desde la diversión, y a la vez aprenden valores y disciplina desde el principio.

 

¿Cambiarías tu instrumento por otro? ¿Por qué lo elegiste?

No, no lo cambiaría por nada del mundo porque estoy enamorada del violín desde las primeras clases, y mis sentimientos no han cambiado hasta ahora. Cuando fui descubriendo el repertorio creado para violín supe que no lo cambiaría por ningún otro, aunque me gustan muchísimos instrumentos y también desearía aprender a tocarlos, pero hay tantas composiciones maravillosas para mi instrumento que aspiro a aprender a tocar algún día, que no sé si me dará tiempo a mucho más.

En cuanto a por qué lo elegí, creo que fue el violín el que me eligió a mí, como cosa del destino, porque aunque era uno de los instrumentos que más me había gustado en el concierto didáctico, no era mi primera opción, y fue en el momento justo de la inscripción cuando lo escogí sobre la marcha por impulso, teniendo otras opciones disponibles pero no mi favorita que en aquel momento era percusión. En ese momento no era consciente de lo que mi decisión supondría, y ahora creo que todo se alineó para que el violín y yo nos encontrásemos.

 

Imagina que hay una persona a la que no le gusta la música, ¿cómo intentarías hacerle cambiar de opinión?

Me cuesta mucho imaginar a alguien a quien no le guste la música ni aunque sea un poco, de hecho por ahora no he conocido a nadie así. Me parece bien que haya diversidad de gustos, yo soy la primera que tiene sus preferencias, pero de ahí a no gustar la música me parece algo muy radical. Aunque, si me encontrara ante un caso así, le haría ver sus películas favoritas sin banda sonora y seguramente cambiaría de opinión.

 

¿Quiénes son tus referentes?

Tengo muchísimos, empezando por los músicos que tengo a mi alrededor. De pequeña mi referente era mi profesora, quería ser como ella, dar clase y tocar en una orquesta. Con 9 años me llevó a mi primer concierto de Ara Malikian precisamente con la OJAL y para mí fue muy motivador por la pasión que transmite y su forma de acercar la música al público, así que creo que él fue mi primer referente en cuanto a violinista famoso, y voy a verlo siempre que tengo ocasión. También soy muy fan de Jesús Reina y Anna Nilsen con quienes he tenido la suerte de trabajar. Y de los violinistas de fuera de España, me gustan todos los grandes, pero en especial Itzhak Perlman, Janine Jansen, Anne-Sophie Mutter, Maxim Vengerov o Nicola Benedetti, no solo por cómo tocan sino por cómo se implican en la formación de otros músicos. La lista sería inmensa, pero hay algunos que me llegan especialmente y muchos de ellos ya no están con nosotros, como Ivry Gitlis. Me fijo en ellos para motivarme para aprender, aunque aspiro como músico a tener mi propia esencia.

 

En un día de agobio, ¿qué haces para lidiar con los nervios?

Es complicado no tener algo de tensión, y más desde el puesto de concertino porque debo estar especialmente atenta a las indicaciones del director y a la coordinación con los compañeros. Todos los músicos estamos nerviosos por lo que supone tener que tocar ante un público y que todo salga bien como se ha ensayado, pero en esas situaciones lo que intento es tomar las cosas con perspectiva y sobre todo pienso en disfrutar. El trabajo duro ya ha tenido que ser hecho antes del día del concierto, así que ya solo queda hacer música. Me suelo concentrar en transmitir, en conectar, tanto cuando toco a nivel grupal como a nivel individual. Si pienso así, si estoy enfocada en las emociones que me gustaría provocar, en que lo que hago llegue al público, el agobio disminuye, aunque siempre está esa parte necesaria de nervios que dispara la adrenalina y nos hace vivir la experiencia del concierto de forma mucho más intensa.

 

Si no te dedicases a la música, ¿qué haría Isabel Santander?

Si no me dedicase a interpretar por alguna circunstancia muy extrema, como una lesión, o dejara de disfrutar tocando, creo que seguiría ligada a la música de otra manera, porque me interesan muchos otros aspectos además de la interpretación. Y si mi trabajo no tuviera nada que ver con la música, que lo dudo, no estaría muy alejado del mundo artístico creativo, quizás algo relacionado con lo audiovisual. También me llama la enseñanza, pero lo veo como algo más lejano porque quiero tener otro tipo de experiencias previamente.

 

Por último, ¿cómo te ves en el futuro?

Me veo viviendo de la música, trabajando muy duro pero muy feliz por hacer lo que me gusta. A ser posible, tocando grandes repertorios y visitando sitios increíbles.