A lo largo de la película de Bernard Rose Immortal Beloved (1994), Anton Schindler, secretario personal de un Beethoven encarnado por Gary Oldman, busca con esmero y paciencia a la beneficiaria del testamento del compositor con la única pista de una carta que cae en sus manos, y por medio de la cual Beethoven legaba su música y sus bienes a la que él llamaba su amada inmortal. Se trata de un asunto legal novelado y ficticio (aunque basado en algunos hechos reales, como la existencia de dicha carta-testamento redactada en 1802, muchos años antes de su muerte –el conocido como Testamento de Heiligenstadt–, y que sirve de excusa para el biopic. Sin embargo no fue en absoluto ficticio el duro y largo litigio, recogido sumariamente en el film, y que Beethoven mantuvo desde 1815 hasta 1821, plagado de apelaciones y recursos ante el Magistrat de Viena, por conseguir la custodia de su sobrino Karl en detrimento de la viuda de su hermano. Fue sin duda una experiencia judicial (y ante todo, vital) que marcó profundamente a Beethoven, llevándolo a una de las etapas más introspectivas y aparentemente parcas en el terreno creativo, absorbido por las cuestiones legales y sus consecuencias de toda índole, pero del que el genio de Bonn salió relanzado hacia un periodo compositivo de una originalidad y profundidad sin precedentes que vio nacer sus imponentes últimos cuartetos de cuerda, su monumental Missa Solemnis y la que es una de las obras más paradigmáticas de la historia de la cultura, su Novena Sinfonía.

El panorama musical internacional se prepara para conmemorar el próximo año el 250º aniversario del nacimiento de Beethoven, y es por ello que la Orquesta Ciudad de Almería ha convertido sus obras orquestales en el eje central de su próximo ciclo de conciertos. Lo hará abordando el ambicioso proyecto Beethoven + El Genio de Bonn, que pondrá sobre el escenario la integral de sus nueve sinfonías, acompañadas por magníficas obras sinfónicas y conciertos de otros compositores, interpretados estos últimos por solistas de reconocido prestigio.

Además de este ciclo, la programación de la Orquesta Ciudad de Almería incluirá otras obras memorables, como los Carmina Burana de Carl Orff o el no menos conocido El Mesías de Haendel (quien, por otro lado y todo sea dicho, fue encaminado por su padre hacia la profesión de jurista antes de convertirse en un compositor de renombre, estudiando para ello Derecho Civil en la Universidad de Halle). 

La próxima temporada de conciertos de la OCAL se abre así al público convirtiéndose en una de las iniciativas más destacadas e interesantes de la vida cultural de la ciudad, ofreciendo así un distinguido espacio de encuentro: la música con mayúsculas no es solamente un espejo en el que mirar buscando belleza, sino que también nos regala un apasionante modelo de resolución de conflictos y un hermoso ejemplo de planificación altamente organizada y de profunda elevación poética. Beethoven, volviendo a él una y otra vez, es prototipo de un equilibrio de tensiones y fuerzas que dio una nueva vida y un impulso incomparable a la música sinfónica; fue un maestro en ese equilibrio regido por unas leyes –las de la música– que a partir de un invisible pero sólido fundamento siguen evolucionando con lentitud y paso firme desde hace siglos y hasta el día de hoy, avanzando en la creación y desarrollo de su propio espacio de diálogo y logrando una sinergia que armoniza magistralmente unas voces tan dispares como las de los muy variopintos instrumentos que pueblan una orquesta sinfónica.