El cuarteto de cuerdas con piano es un género relativamente poco extendido en la historia de la música. Raros son los compositores que se aplicaron a él después de Mozart, a quien corresponde el título de verdadero pionero. Tras los dos maduros cuartetos de Mozart y los tres más juveniles de Beethoven, los compositores del romanticismo prefirieron siempre o bien los tríos, con un espíritu resueltamente concertante, o bien los quintetos, con carácter a menudo sinfónico. La fórmula del cuarteto con piano, más íntima y menos brillante, motivó pues un número bastante reducido de composiciones, aunque estas fueron finalmente más próximas al verdadero espíritu de la música de cámara, para la cual los cuatro ejecutantes parece el número ideal.

El programa presenta así dos obras maestras del género: el único cuarteto de Schumann y el tercero de Brahms. El primero es una pieza deslumbrante, tan fresca y juvenil como un primer trabajo según su esposa Clara. Su influencia llegó hasta Brahms, de quien escucharemos una verdadera obra-confesión, libre e inspirada, de la cual el propio compositor dijo: “imagina a un hombre que va  saltarse la tapa de los sesos porque para él esa es la única solución”. Romanticismo en estado puro como puede verse. En ambos cuartetos, los tiempos lentos y sus maravillosos temas cantados por el violonchelo conmueven hasta las lágrimas.